POR: Nayeli Aparicio
Sensible, sencilla y observadora, Karla Gamiño tiene un talento especial: parece haber entrenado ojos, mente y corazón, para apreciar la belleza de lo más pequeño, de lo espontáneo, de lo casual. Y es con este talento que cada vez que toma una cámara, logra capturar la magia de la naturaleza en un solo clic.
Mostró interés en el arte desde niña (hay que decir que además pinta), pero fue después de terminar la prepa que decidió adentrarse en la fotografía: “Me fui a Chicago dos años y ahí fue cuando empecé a tomar mis primeros cursos (entre ellos uno en el Harry S. Truman College) y me compré mi primera cámara grande. Saliendo de la escuela me iba a tomar fotos al zoológico, donde pasaba horas viendo a los animales y a la gente. Me acuerdo que dos fotos de esas fueron ganadoras de un concurso y los maestros me las elogiaron mucho: una de una leona en pose muy sumisa, y otra de una persona que pasaba junto al lago sin darse cuenta de que justo en ese momento se levantaba una ola como de tres metros.”
Para Karla, quien además es diseñadora de interiores, la buena fotografía es sinónimo de prestar atención, de estar abierto a lo inesperado: “Creo que eso fue algo que aprendí de mi abuelo; él hasta la fecha trae siempre su cámara para todos lados. Hasta el día de hoy nos sorprende siempre a todos con unas fotos maravillosas, que nunca sabemos cuándo tomó porque no es de los que está diciendo: ‘A ver, pónganse’. Y así es; a mí las cosas que más me gustan cómo salen son las que no tengo planeadas.”
Amante de los espacios al aire libre y la vida silvestre, se deja cautivar por las formas, colores y texturas; su lente capta y sus imágenes le hechizan a uno como espectador por su nivel de detalle. Debe ser por eso que la revista National Geographic en Español ha seleccionado algunas de esas fotografías para ilustrar tanto su edición en línea como impresa. Su trabajo también ha formado parte de varias exposiciones colectivas, entre ellas la llamada “25 miradas al bosque”, presentada en el Centro Cultural Rosario Castellanos del Fondo de Cultura y próxima a inaugurarse en el Zoológico de Chapultepec.
“Creo que la naturaleza está esperando que la descubras: a veces hay que observar y esperar; pero la mayor parte del tiempo todo ocurre en un instante, rapidísimo. Así me pasó un día que me iba a meter a bañar y salí a prender el boiler, y de repente vi un grillo, increíble. En ese momento fui por la cámara para tomarlo… Igual me pasó cuando distinguí una abeja dentro de una flor de calabaza; sentí que me miraba y ¡tenía que tomarle una foto! Por eso siempre hay tener la cámara a la mano porque si te tardas mucho ya se te fue el momento. La verdad es que me dejo llevar y las fotos me salen fácil; ha de ser porque soy curiosa”, cuenta divertida.
Platicar con Karla Gamiño es recordar que en los tiempos ajetreados en que vivimos, es común que dejemos de prestar atención a las cosas simples pero maravillosas que el mundo nos regala. Así como ella habrá que intentar voltear la mirada de nuevo al cielo, a las nubes, las sombras que bailan en el piso a pleno rayo de sol, las hojas de los árboles o las sonrisas que conocidos o desconocidos nos regalan. Tratemos, pues, de despertar nuestra curiosidad y ¡dejémonos sorprender!
5 comentarios:
Excelente
si conrado, esta increíble todo el arte que nos muestra Karla Gamiño.
Hola, buenas tardes, una pregunta; Tienen alguna dirección de e-mail donde pueda contactarla? Me gusta su fotografía y como en el artículo dice que pinta me gustaría ver su estilo en la pintura, gracias
Hola, buenas tardes, una pregunta; Tienen alguna dirección de e-mail donde pueda contactarla? Me gusta su fotografía y como en el artículo dice que pinta me gustaría ver su estilo en la pintura, gracias
Buenas noches, en éste correo puedes ponerte en contacto con Karla Gamiño karla_gamhaza@hotmail.com
Saludos.
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