Conforme pasa el tiempo y en nuestro vientre va creciendo y nuestro hijo va llenándonos de alegría, también se va acercando el momento de su nacimiento, y con ello la duda y el temor al dolor (en la mayoría de los casos existe más temor a la anestesia que se utilizará para quitar el dolor), sobre todo si es nuestro primer embarazo. Además, se agregan más inquietudes si un familiar, una amiga, vecina y/o comadre nos cuentan sus terribles y escalofriantes experiencias. Sin embargo, gracias a los avances de la anestesia obstétrica, las madres podrán vivir hoy un parto (o una cesárea) sin dolor y tener a su bebé de manera controlada y feliz, es decir, un parto sin dolor. Durante el trabajo de parto invariablemente habrá dolor, que se puede describir como los cólicos menstruales, pero de mayor intensidad. Sin embargo, es importante mencionar que cada mujer tiene su límite de tolerancia al dolor.
Vamos a dar un breve pero sustancioso recorrido sobre el maravilloso mundo de la anestesiología, que como su nombre lo indica, de la ausencia de sensibilidad al dolor.
Las técnicas anestésicas utilizadas en trabajo de parto y en la cesárea son la anestesia regional, conocida con el nombre de peridural y la anestesia general.
El objetivo fundamental despiertas y totalmente lúcidas para disfrutar de uno de los episodios más trascendentes de su vida, así como para poder colaborar activamente en todo aquello que permita a su bebé nacer en mejores condiciones.
Anestesia-Peridural-o-Epidural-(Bloqueo-Peridural)
Nos permite mantener despierta a la madre, disminuyendo parcialmente el control de la mitad inferior de su cuerpo. Actualmente se utiliza la anestesia peridural continua, que nos permite la administración del anestésico de forma permanente e intermitente, en poca cantidad, a medida que disminuye su efecto. Otro beneficio es que puede prolongarse tanto tiempo como sea necesaria (como en la cesárea) para suministrarla se debe poner a la paciente acostada en posición “fetal”, en algunos casos se puede administrar estando sentada. Se introduce una aguja en la columna vertebral por fuera de la médula, y a través de ella se pasa un catéter fino de plástico, que es por donde se inyectan los anestésicos y así se controle el dolor las 24 horas posteriores a la cesárea. Esto no provoca dolor porque antes se anestesia localmente. Una vez inyectados los anestésicos, se monitorea constantemente el ritmo cardiaco del bebé y se controla durante un tiempo la tensión arterial aproximadamente cada cinco minutos para asegurarse de que no esté causando efectos adversos.
En general, los medicamentos administrados son una combinación de anestesia local y de un narcótico. La anestesia local bloquea las sensaciones de dolor, tacto, movimiento y temperatura, y los narcóticos calman el dolor sin afectar la capacidad de mover las piernas. Empleados de forma conjunta, proporcionan un buen alivio del dolor con menos pérdida de sensación en las piernas y con una dosis total menor que la que se necesitaría si se empleara sólo uno de los dos La ventajas del bloqueo peridural, nos funciona como un tranquilizante efectivo durante todo el trabajo de parto o la cesárea, manteniéndonos despiertas y alertas , al no sentir dolor, podrás descansar si lo deseas (o incluso dormir), teniendo una recuperación más rápida.
Los efectos secundarios que pueden presentar son dolor a la colocación del catéter como un calambre ya que se tocan las fibras nerviosas, es momentáneo y no provoca mayor problema. La utilización de los fármacos y sobretodo narcóticos pueden ocasionar comezón en la nariz, y en pocas ocasiones nauseas y vomito.
Es la utilización de fármacos con los cuales la paciente pierde estado de conciencia, es decir, se duerme, que si bien no es la más frecuente, es utilizada en situaciones de urgencia sin ocasionar problemas a la mama ni al bebé.
Actualmente las técnicas anestésicas, los equipos para la colocación del bloqueo peridural y los fármacos utilizados son de alta calidad y menos agresivos con el organismo.
En fin, el objetivo de utilizar alguna técnica de anestesia durante la atención de un parto y/o una cesárea, es permitirle a la mamá finalizar su embarazo de forma tranquila y feliz, y recibir a su bebé de la mayor sonrisa posible.
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