Jugando con la Subjetividad // Ursula Ferrer
POR; URSULA FERRER
Desde muy chica
descubrí un inmenso placer al sentarme en la sala de mi casa con una pila de
álbumes a mi lado, deleitándome con los recuerdos de las fotos familiares,
disfrutaba ese sentimiento muchas veces agridulce de los momentos que no
volverán, pero que siempre que los añoremos podremos volver a vivirlos al
observar una fotografía. Así fue como comenzó mi relación con la cámara.
Empecé a tomar
fotografías cuando tenía catorce años, haciéndolo por pura diversión,
fotografiando pájaros, atardeceres y a mi hermanita en el rancho de nuestro
papá, sin más criterio que el propio y con mis papás como únicos admiradores de
mi arte.
A los quince me
pasaba las tardes tomando autorretratos y pidiéndole a mis amigos que modelaran
para mí, soñando con convertirme en una fotógrafa profesional algún día. Con el
tiempo la fotografía se convirtió no sólo en una pasión sino una parte de mi
ser y decidí que era (y sigue siendo) lo único que quería hacer por el resto de
mi vida. Un deseo inexplicable por capturar bellos e irrepetibles momentos
crecía dentro de mí al igual que la clásica rebeldía de una adolescente imparable.
Después de salirme
de casa de mi papá, recién cumplidos dieciséis caí en un horrible y agonizante
desorden alimenticio, que me llevó a dejar la fotografía por un tiempo, ésta ha
sido la época más monótona, triste y menos inspiradora de mi vida, pero después de una ardua lucha contra la
anorexia, depresión, recaídas, y después de una larga y dura recuperación finalmente decidí que nunca volvería a
desperdiciar mi vida de la forma en que lo hice mientras estuve enferma.
Después de todo lo
del desorden alimenticio o “La Enfermedad”, como yo lo llamo, poco a poco
empecé a tomar fotos otra vez, pero no lo estaba haciendo con la misma pasión
con la que lo hacía antes y me lancé por completo a la vida nocturna dejando la
fotografía de lado nuevamente. En ésta etapa para mí toda eran fiestas y vivir
en el lado salvaje de la vida, era ruidosa y nada podía detenerme, quería
comerme el mundo de un bocado, experimentarlo todo y vivir lo más rápido que pudiera.
Hice muchísimas tonterías que no volvería a hacer ¡pero como lo disfruté! Tenía
ésta idea de vivir cada segundo de mi vida al máximo, y todavía lo hago, pero
de una forma completamente diferente (y mucho más productiva).
Poco después de mi
cumpleaños diecisiete me encontré con un chico risueño y soñador que solía ser
un muy buen amigo mio cuando tenía quince años pero con quien había perdido el
contacto por completo. Comenzamos a platicar otra vez y pronto nos dimos cuenta
de que no queríamos estar separados del otro nunca más. Después de dos semanas
de que nos encontráramos nos volvimos inseparables. Me enamoré profunda y
apasionadamente de él.
Empezamos a hacer
planes y a vivir la vida juntos, como si siempre hubiera sido así.
Experimenté
un amor que nunca antes había sentido, más puro que el agua pero igual de
intenso que el fuego, sentía que mi pecho crecía cada vez que lo miraba y
nuestras risas eran la canción más bella del mundo. Viajar, amar, sonreír,
bailar, llorar… todo tenía un nuevo significado. Comencé a fotografiar de
nuevo, ésta vez con el mismo amor e incluso más apasionadamente que cuando lo
hacía por primera vez. Tratando de capturar casi cada segundo de nuestras vidas,
impulsada por el amor y la propia pasión de Lalo por cocinar.
Ahora a los casi
dieciocho años sigo fotografiando hermosos momentos,
guardando un segundo para siempre, haciéndolo por pasión y para vivir. Viendo
la vida a través de un lente, pintando con luz, jugando con la subjetividad.
Contacto
Ursula Ferrer
Email: ursulalatina09@hotmail.com
Facebook fanpage: https://www.facebook.com/ursulaferrer.foto
Telefono: 044 22 23
28 93 36
Mínimo 20 fotos
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