2 de octubre
El día en
que nadie tuvo nombre, pero si una sola voz.
Por: Alma Angelina C. Carbajal Guzmán
ilustrador: Ricardo Vázquez Vázquez
Estrofa III
Himno
Nacional Mexicano
“Antes, patria, que inermes tu hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen
Tus campiñas con sangre se rieguen
Sobre la sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
Se derrumben con hórrido estruendo,
Y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la patria aquí fue.”
El 2 de octubre para los mexicanos significa muchas cosas, pero
la más importante y la que creo engloba y mueve esta fecha es la libertad de expresión.
Un pequeño malentendido puede desatar una tormenta en vaso con
agua, los antecedentes nos hablan del conflicto entre estudiantes de
preparatoria, este hecho desencadeno en los dias siguientes un paro de labores
por parte de los estudiantes de la UNAM y del IPN, quienes se enfrentaron
contra el ejército y granaderos; el escenario resultante fue un "¡Únete
pueblo!" por parte de los detenidos. Vale la pena dar una remembranza a tantas acciones impartidas
por este movimiento ya que al tratar de alzar la voz exigiendo el dialogo puede
que se pierda el verdadero motivo por el cual exigimos ser escuchados.
Luego de esta “batalla” cientos
se sumaron a la causa en varias protestas, entre ellas destaco " La marcha del silencio”; una manifestación en la que más de 250,000 personas; expresaban que
el silencio sería “más elocuente que las palabras que acallaron las bayonetas”.
El mutismo como herramienta para decir sin voz un hecho contundente o una
queja, es una demostración muy clara de lo que en mi opinión se defendía en
aquel tiempo, mostrando rostros, unión de manos y una integración de
sentimientos fusionados con la lucha en común, que cada participante llevaba en su interior:
“ todos como uno solo”.
La
plaza de las tres culturas cerca de las seis de aquella tarde, vio derrumbarse ese ánimo juvenil que minuto a minuto entre el sonido de la
ráfaga y los gritos fue mutilado desde la raíz. Únicamente quedo el pánico
reflejado en el llanto de las madres, la sangre mezclada con la de mexicas en
una matanza antigua, pero semejante y
esa tragedia que tiene repeticiones en cualquier canal de nuestro país. Ahí nuestros antepasados y quienes nos dieron
libertad fueron testigos de una masacre sin autor; 300, 40, 50, solo son cifras, mayor fue el
número de los que cayeron en nuestra conciencia, como hermanos de una sola nación.
Hoy los mexicanos al igual que otras personas que defienden sus
ideales en todo el mundo, recuerdan este movimiento que en contexto representa la lucha social. Este grupo
estudiantil se embarca hacia la
inmortalidad de nuestra memoria, en un
solo pensamiento: " defender nuestras ideas con las manos en alto,
orgullosos de representar a la verdadera libertad de expresión”
Los medios de comunicación muestran nombres, edades,
causas, de aquellos héroes caídos,
que en su afán de dar a conocer la
verdad y comunicar su opinión han sido crucificados; buscando justicia, igualdad y sobre todo que cualquier expresión oral o escrita sea dicha
con libertad y sin represalias. No
podemos vivir con la garganta cerrada,
el miedo a los costados y la angustia devorándonos pensamiento y corazón.
Defender nuestros derechos sin apartarnos de la causa verdadera
por la cual luchamos, nos alienta en este día conmemorativo a crear un México sin candados en la lengua siendo
esta una labor de todos, si tomamos la tolerancia y el respeto como primer arma
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